Newsletter Mayo 2022

@mujeres.legendarias

Suscríbete a nuestro newsletter mensual con artículos sobre crecimiento personal, profesional, algo de música, deporte, y nuestros favoritos. Recíbelo cada mes directo en tu correo electrónico ✉ 

Suscríbete Aquí

Mamá Imperfecta, te hablo a ti!

Mariana B

Eclipses

Julieta Huerta

Embarazadas de Esperanza

Silvia Becerril

Sobrevivir o Vivir

Alejandra Zaldívar

Mi Reconciliación

Anónimo

Entrevista con Marcela Silveyra

Nuestros Favoritos

Mamá Imperfecta, te hablo a ti! 

Mariana B

Aprovechando el mes donde comúnmente festejamos el “Dia de las Madres”, aunque para algunos puede ser muy comercial, pero bueno tomando el pretexto les quiero compartir una reflexión sobre las madres.

Quisiera empezar por decirles que yo era lo menos niñera del mundo. Cuando íbamos a algún restaurante pedía que nos pusieran justo en la parte donde no había niños, ni payasos, ni globos, ni esas cosas. Mis amigas nunca se imaginaron que yo iba a tener hijos, y menos aún que iba a ser de las primeras en tenerlos.

Tomando ese contexto, mis inicios de maternidad fueron de completo descubrimiento para mi. No sabía cómo iba a ser de mamá, ni como iba a compaginar eso con mi vida laboral, pero como muchas cosas que he hecho en la vida, las hago sin darle muchas vueltas y me las arreglo en el camino. Para mi sorpresa, descubrí que me encantaba tener a una personita a mi lado, que mi mundo se volteó de cabeza, y que mis prioridades cambiaron al 100%. 

Esta última conclusión no fue tan fácil de llegar a ella. Tenía una batalla interna por seguir el tren profesional que tenía, porque además me acababan de promocionar. Pero al mismo tiempo dar el 100% de mamá, tratar de cubrir las exigencias del trabajo, pero también estar presente en todas las actividades posibles con mi hija. Y luego para ponerle más presión a la ecuación, como algo que me encanta, viene el segundo hijo y con él otra promoción.  Las exigencias personales y profesionales se duplicaron. Y yo seguía en ese tren sin freno y con el acelerador a tope. 

En ese proceso hacia todo para estar dando lo que yo sentía era el “100%” en ambos mundos. Y de repente la vida me puso un freno de mano. Para tratar de evitar el tráfico y poder llegar antes a casa me regresaba en bici,  y pues un día me atropellaron y quedé un mes en cama de incapacidad. Y ahí fue donde mi mundo “se volteó de cabeza”, me di cuenta de realidades que no veía, de la necesidad que tenían mis hijos de tenerme más cerca, más presente, más consciente de ellos.

De regreso al trabajo, lo primero que hice fue pedirle a mi jefe que me contemplara en una reestructura que se estaba planeando para que me liquidaran porque quería estar más tiempo con mis hijos, a lo que mi jefe de aquel entonces me contestó “seguro en tu accidente te pegaste en la cabeza así que ve y relájate”.  Él tenía razón me pegue en la cabeza pero creo que el golpe hizo ver otras cosas que antes no veía y que “ya no había vuelta atrás”. Al mes llegó la pandemia, con ella se aceleró la reestructura, y lo que algún día dije se hizo realidad y salí de trabajar después de estar en esa organización por 13 años.

Y lo que vino después fue un proceso de transformación que creo muchos hemos pasado con esta pandemia. Y dentro de ese proceso lo que vale la pena compartirles fue el darme cuenta de la prioridad que realmente tenía en mi vida, y que esa prioridad eran mis hijos. Entonces me di la oportunidad de bajar el ritmo de mi carrera profesional y aceptarlo como algo positivo.  Aprendí a ser empática con aquellas mujeres que deciden dejar de trabajar para cuidar al 100% a sus hijos. Ví la vida a través de los ojos de otras mamás, y entendí que hay distintas formas de ser mamá y seguir tu vida profesional. Me volví menos crítica a otras formas de ser mamá, y en cambio, me volví más tolerante y compasiva, con lo que otras mamás viven en su día a día.

Y todo esto lo cuento por todas aquellas mamás que pueden estar pasando por dudas o inquietudes similares. Permítanse no ser perfectas, no cubrir al 100% con todas las expectativas de la sociedad y las suyas. Sean honestas con ustedes,  conozcan sus prioridades y pongan claros sus límites. Que la sociedad no dicte lo que deben o no hacer. Y si quieren dejar de trabajar está bien, si quieren seguir creciendo a ritmo acelerado está bien, si quieren seguir estudiando está bien, si quieren tomarse un sabático está bien, todo está bien siempre y cuando sea algo que va alineado a tus prioridades.

Y por último, no hay mejor proceso que aquel que se vive en comunidad. Ábranse a platicar sus experiencias. Siempre pensamos que somos las únicas que pasamos por esos cuestionamientos o procesos, y son muchas las que están en situaciones similares. Hagamos camaradería, sororidad, comunidad. Compartamos pensamientos, sentimientos, dudas, reflexiones. Sin juicios, sin estereotipos, sin comparaciones, sin crítica. Simplemente seamos sinceras, expresemos, y dejemos que en comunidad llevemos un proceso de forma mucho más ligera. 

Por que seamos más mamás felices, sinceras, empáticas, netas, auténticas, agradecidas, que todo eso nos hace simplemente más chingonas!

📷 Artem Kovalev - Unsplash

Eclipses 

Julieta Huerta

En la Antigüedad se creía que los eclipses eran cosa de los dioses. Su aparición logró detener guerras y fascinar a los primeros astrónomos. En las leyendas hindúes, la Luna era la copa en la que los dioses bebían el amrita, elixir de la inmortalidad. Y los eclipses se producían cada vez que el monstruo Rahó conseguía atraparla para beberse el brebaje mágico. Pero como Rahó no tenía vientre, la Luna podía escapar de nuevo y seguir su curso. Para los incas, los eclipses totales de Sol tenían lugar cada vez que nuestro satélite y el Sol hacían el amor. Por ello, este acontecimiento era motivo de celebración para los indígenas. Los antiguos egipcios estimaban que, cuando se producía un eclipse, era porque el Sol era atacado y devorado. Cuando reaparecía, según su creencia, era un Sol nuevo, una reencarnación del antiguo. En la cultura china se pensaba que era un dragón el que devoraba el Sol durante los eclipses.  Hoy en día hemos olvidado la dimensión mitológica y psicológica  de estos fenómenos y aquí les quiero contar un poco a nivel astrológico cómo impactan estos eventos

Un eclipse es una interacción poderosa entre sol, la luna y  la tierra, Por lo general tenemos entre 4 y 6 eclipses por año y por lo general son tres veces más potente que cualquier luna llena o nueva regular. Siempre vienen en pares uno seguido del otro y más o menos son cada seis meses. Los eclipses solares son cuando la luna está entre el sol y la tierra y estos son eclipses de luna nueva que traen  nuevos comienzos y oportunidades  de nuevos capítulos de nuestra vida. 

Los eclipses lunares se dan cuando la tierra está entre la luna y el sol y se dan en luna llena y no se ve la luz del sol en la luna y estos nos afectan a niveles más sutiles o emocionales, están llenos de revelaciones, de emociones, de Breakdowns   y posiblemente de encuentros con nuestra sombra y miedos.

Los dos son para examinar nuestro lugar en el mundo y caminar hacia adelante. Estos nos afectan por que son puntos de cambio que a veces resistimos, pero son eventos que nos ayudan a evolucionar, nos dan empujones para crecer. 

 Si estás viviendo una crisis, permite que sea curativa, salta al vacío, permite que se rompa lo que se tiene que romper, suelta el control, conecta contigo, medita y permite que tu ser superior lleve tu camino.

Los eclipses siempre estarán coloreados por los aspectos planetarios que tenga esa luna nueva o llena  y  siempre hay que consultar a una astrólogo para saber más sobre cómo  te afectará pero  lo importante es saber que lo que sea que suceda, es lo que necesitabas para crecer. 

  📷  Jonas Ferlin - Pexels

Embarazadas de Esperanza 

Silvia Becerril

Querida legendaria hoy tenía dos temas por compartir en mi mente: la importancia de la imagen en la mujer actual ó la relevancia del networking para las líderes mujeres; sin embargo, llegó a mi corazón el impulso de escribirle a aquellas mujeres que han luchado la batalla de ser madres y que aún no lo han conseguido.

Hace ya varios años inicié esa lucha como tú, el camino no fue nada fácil, muchas piedras me hacían tropezar con cada diagnóstico nuevo y doctores diferentes que cambian sus versiones. Muchos valles profundos pasé con cada respuesta negativa, porque la esperanza de un “Si” se esfumaba tan rápido como las palabras en el viento. Después de tanto tiempo de espera, inyecciones, sacrificios económicos etc., el SÍ no llegó., y cuando lo hizo se esfumó rápido como el viento.  Sin duda, un camino solitario donde sólo tú y tu pareja están en un carrusel de emociones todo el tiempo.  En este camino de búsqueda cada que pasábamos una cita médica, las lágrimas caían como cuando un fuerte viento tira las hojas de los árboles al piso, al escuchar las malas noticias y el estrés aumentaba al tomar la decisión de otro proceso más, lo que eso significaba para tu cuerpo recibir más hormonas con la esperanza de lograr esta vez un “si”.

Mi corazón no entendía porque pasaba yo por esto, porque a mujeres que no querían embarazarse les resultaba fácil. Me di cuenta de que algo ya no andaba nada bien, cuando no me podía alegrar al enterarme de que amigas mías se embarazaban rápido cuando yo llevaba años intentando y nada, y sin duda era un sentimiento egoísta que me estaba haciendo daño. Te lo comparto porque fui rehén de este sentimiento por un tiempo que me llevó a la tristeza, frustración, enojo y hubo una desconexión en mi relación con Dios. Hasta que toque fondo y decidí hacerme cargo y me paré sobre mi roca: Dios. Yo ya no podía más en mis fuerzas y se lo entregue todo a ÉL, fue mi consuelo, me abrazó, me escuchó, pero sobre todo me perdono por haberme distanciado de ÉL.  Ya no fue necesario entender el ¿por qué a mí?, me enfoque en agradecer, perdonar, liberar y sobre todo soltar.

Si te encuentras en una situación dónde te sientes rehén del ¿por qué a ti? Te invito a buscar ayuda, necesitas ver más allá de esa pregunta que no tiene salida, ni respuesta que puedas comprender. Puedes acudir a un terapeuta, tanatólogo, coach, una conexión espiritual etc. Todas tenemos diferentes formas de sanar y dejar ir, te invito a encontrar la tuya. Sólo tu sabes cuando será el tiempo de direccionar tus pasos en otro camino y dejar ir.

Recuerda que eres un ser que da luz, que engendra sueños y que cuida de los demás con el amor maternal que llevas dentro.

¡No estás sola en este camino! Hay muchas mujeres que han pasado por esto y te podemos escuchar y apoyar desde la empatía, porque entendemos tu dolor y aplaudimos tu coraje, fortaleza y valentía por seguir caminando, en cualquiera de los senderos que elijas porque para ambos se requiere de coraje.

¡Hoy celebramos tu valentía y te abrazamos a la distancia!

📷  Ronak Valobob - Unsplash 

Sobrevivir o Vivir   

Alejandra Zaldívar

Caos, miedo, ansiedad, depresión, angustia, y un sin fin de emociones y situaciones personales y mundiales que nos llevan al modo “sobrevivencia”.

A veces me siento como en la película “Los Juegos del Hambre” y creo que no está muy lejos de la realidad, claro, bajo otros contextos, pero que entre tanto caos mundial y cambios drásticos que el universo nos está enviando para empujarnos a crecer emocionalmente y espiritualmente siento que mientras ese “proceso” pasa estamos sobreviviendo. Sobreviviendo al caos, y ¿sabes? No creo que esté mal, porque sin duda sobrevivir también es esa parte en la que nos auto protegernos de ciertas situaciones mientras observamos el proceso en el que “nos damos por vencidos” y por fin nos dedicamos a vivir. Aclaro que, el darnos por vencidos es referente a lo que anteriormente he descrito como esa rendición ante Dios, ante la vida, ante el universo y ante ese plan perfecto que ya está destinado para ti, para mi, para todos, porque todos somos parte de, todo somos ese grano de arena que conforma la playa, y el universo.

Es increíble cuando entras a esa etapa de “let it go” (aunque sea por lapsos pequeños) pero finalmente es parte de la transición que pasa de sobrevivir a vivir… a vivir aceptando, perdonando, y vivir feliz, porque finalmente esa es la misión que a mi parecer tenemos en Tierra. La misión de venir a trabajar en la mente para conectarla con las emociones y así lograr vibraciones altísimas como lo es el amor.

Reitero siempre, cuando te sientas en caos, date el espacio por muy pequeño que sea de meditar… de analizar qué fue lo positivo de tu día (por muy insignificante que parezca, puede ser que alguien te cedió el paso -en esta ciudad tan complicada- o el saludo amable de algún extraño a través de su cubrebocas, el abrazo de tu hij@, etc.) llena tus pensamientos de eso positivo, que aunque estés en modo sobrevivencia eso te ayudará a hacer más ágil la transición a vivir.

Te recomiendo esta meditación de Medical Medium Podcast.

Te mando amor y abundancia para que pronto encuentres esa paz mental y esa claridad de lo que es vivir y no solo vivas sobreviviendo… aplicando el espejo (te lo digo a ti para que lo lea y escuche yo).

It´s about journey not destination

📷  Becerra Govea - Pexels 

Mi Reconciliación   

Anónimo

Imagino que al igual que algunas de ustedes, este tiempo de “pandemia” ha sido un ir y venir de emociones y pensamientos, situaciones reales y ficticias, donde el mundo, por increíble que parezca se detuvo por “un instante” y yo también.

En ese ir y venir, y luego quedar en pausa, me di cuenta de que el mundo como lo conocía estaba cambiando. De pronto, sentí esta angustiosa necesidad de cambiar también, porque quería seguir siendo parte de este “nuevo mundo”, quería subirme a la ola que inexplicablemente pareciera que me estaba esperando y a la vez, se alejaba de prisa. Entonces me subí, pero no fue como yo esperaba, es decir, el cambio no sucedía. ¡Claro! No era un botón para cambiar a modo “transformación al nuevo mundo”, ¡No! Entonces cómo sucedió con otros y otras más, llegó la ansiedad a sumarse a este esfuerzo del cambio automático para recordarme que no, que no era así.

Fue ahí donde empezó realmente todo, con el honesto reconocimiento de que yo, necesitaba cambiar, pero no solo mi estilo de vida, no mi forma de verme, no mi trabajo, no. Tenía que cambiar "mi ser interior". Romántico ¿Verdad? Entonces empezó la búsqueda de este propio “ser”. Esa búsqueda continúa a la fecha, pero he de reconocer que cada vez siento que me acerco más.

Ha sido un trayecto de autoconocimiento, de mirarme al espejo con honestidad y sin juzgarme ni evaluarme, sino de reconocerme y decir: “Sí, esta soy” con todos sus colores, en todas sus versiones. Obviamente, este trabajo ha sido consecuencia de todas las herramientas que la vida me ha traído a las manos, sabiendo que, en estos tiempos de pandemia, lo que más tenía y que antes no, era el tiempo. Así que, sin mi clásico pretexto recargado en mi falta de tiempo me di a la tarea (así lo sentía) de buscarme como a Nemo lo buscaba su papá.

Tomé un curso de numerología, me entregaron mi “estudio de vida” y las primeras verdades cayeron sobre mí como bombas. Ahí estaba mi radiografía, y sí, me reconocía con afirmaciones: “Sí soy” me dije varias veces mientras leía las 10 páginas que me resumían. Pero no solo eso, también identifiqué mis porqués, entendí el origen de mi ira, de mi impaciencia, pero también del profundo amor a mi familia y mis amigos. Y entonces, llegó la invitación a meditar en cadena por 21 días. Siempre dije que mi mente era una ardilla loca subida en su ruedita y no dejaba de correr. ¿Meditar? ¿Yo? Im-po-si-ble. Pero cómo tenía tiempo lo hice. Además, era para tener abundancia, imagínense abundancia en tiempos de crisis $$$. ¡¿Dónde firmo?! Así pasaron los 21 días y 1000 bombazos a mi ego. Descubrí que sí puedo meditar y no solo eso, sino que en verdad lo disfrutaba y me ayudaba en esta búsqueda. Les platico todo esto porque este es el origen del punto al que quiero llegar. Entonces, ya recorrimos la numerología, la meditación, también escuché a mi cuerpo y entonces reiki, tetra healing arribaron como herramientas más. Y así he estado tomando cursos y poniéndome en las manos de las expertas. ¿Y el cambio? Bueno pues sin ser presuntuosa ni chocante, he de decirles que sí lo hay, lo ha habido, pero aún falta un largo camino. Solo que esta vez, voy disfrutando el paisaje. No hay prisa.

Después de todo este preámbulo, para cerrar un ciclo de meditaciones que empecé y terminé en abril, me llegó una invitación a una Ceremonia del Cacao que terminaría en una Ceremonia de Temazcal. A la primera nunca había ido y a la segunda solo una vez y fue buena. Debo reconocer que no hubo conexión en la del Cacao, no como yo esperaba (por eso hay que ir sin expectativas, discúlpenme estoy aprendiendo todavía) solo sentí mucha felicidad. Yo iba a depurarme, a sanar, a cerrar el ciclo… pero el Temazcal fue más allá de lo que esperaba. Fue el pasado sábado 30 de abril, ajá, el Día del niño (de los peques para no entrar en explicaciones de pronombres ni géneros). Es muy largo de contar, pero me quedo con una pregunta para hacerles: “¿Ya han sanado a su Peque interior?” Porque ahí sigue, porque la niñez nos marca para la adultez, porque pasen los años que pasen ese pequeño ser que nos cohabita sigue trayéndonos recuerdos, emociones, sentimientos, y un largo etcétera.

Nuestro pequeño ser está esperando a ser reconocido, apapachado, valorado… por resumir. Y aquí viene la bomba mayor, está aún agarrado de la mano de su madre. ¡Pum! Resulta que el Temazcal representa el vientre de la madre, la madre Tierra, el origen de todo, de dónde venimos. Así que estar ahí simboliza volver al vientre de nuestra madre…. madres! Así que mi pequeño ser interior que reencontré -mientras sentía que me estaban cosiendo lento a vapor-(literal) llamó a su madre, la trajo a la ceremonia para decirle que la entendía, que sus errores los había perdonado y que la amaba profundamente, que en esas cenizas se quedaban los rencores, los malos recuerdos, las lágrimas y que de ellas también renacería un nuevo amor. No es fácil tomar los mensajes que llegan a nosotras “de la nada”, y estoy segura de que si no hubiera emprendido esta búsqueda que les comenté al inicio, es muy probable que en ese Temazcal solo hubiera encontrado silencio y un calor infernal. Siendo honesta nuevamente, esa ceremonia tuvo cuatro momentos y en el último, en las últimas piedras ardientes y el agua convertida en vapor y calor… no aguanté. Fue ahí que todo aquello negativo que necesitaba sanar con mi madre, me cayó de golpe y tuve que salir a cinco minutos de que terminara. Salí tambaleándome, mareada y como no había peces le di de comer a las plantas, ustedes entienden. El post-temazcal fue como una limpia interna a la que mi cuerpo reaccionó. No ha sido un exorcismo total de mi pasado, pero quizá sí lo sea de aquello que en ese momento era lo más importante dejar afuera. Sin juzgar a mi madre, la abrazo y la comprendo, como mujer y como hija, porque el solo pensar que no estuviera más en esta Tierra me hizo sentir muy triste.

Así que, festejo esta reconciliación personal e interna, de mí conmigo y de mi niña con mi madre. Comparto mi experiencia porque fue tanto que lo tengo que expresar. Pero me queda claro una cosa, cada quien, a su modo se debe sanar, pegar las piezas rotas, porque nadie ha pasado en esta vida entero, siempre hay grietas, roturas, vacíos, y así vamos caminando.

Lo importante es reconocer, componer, pegar, llenar, sanar, para que esta vida que hoy pisamos sea un hermoso instante de felicidad. Perdonemos a esas personas que nos han lastimado, a veces sin querer hacerlo y sin darse cuenta, ese perdón no necesita ser pedido, es decir, no voy a esperar que mi madre, mi padre, mi expareja, y demás, vengan a pedirme perdón. Yo desde mi ser interior, los perdono sin que ellos me lo hayan pedido. Porque el perdón realmente es para mí, funciona para mí, para liberarme y ser feliz. Pasado pisado y perdonado. Así que, en este breve relato les comparto una pequeña parte de mi reciente camino andado. ¡Feliz Día de los peques! ¡Feliz día de las madres! Feliz vida.

📷  Melissa Askew - Unplash

Entrevista con

Marcela Silveyra

Una gran conversación sobre uno de los temas más relevantes para la mujer: la Educación. Marcela nos cuenta su historia dedicada a mejorar la educación en México y Latinoamérica. Nos cuenta el desarrollo de la educación de la mujer en México. Cuáles son esos retos a los que se ha enfrentado la mujer en términos de la educación y que se han agravado con la pandemia de COVID-19.  Nos platica acerca de MuXed (Mujeres por la Educación), organización que fundó con otras mujeres apasionadas por valorizar, potencializar, y mejorar la educación de la mujer. 

Escúchala Aquí

Nuestros Favoritos

🎤 Podcast

  • A Slight Change of Plans de Maya Shankar - capítulo "The Science of Connection" con Dr. Dixon Chibanda (Spotify)
  • Sikuli con Julieta Huerta - capítulo "Eclipse solar en Tauro conjunción a Urano"  (Spotify) 
  • Dare to Lead de Brene Brown - capítulo "Inclusion on Purpose" con Ruchika Tulshyans  (Spotify) 

📻 Música

  • Podcast de música: Tutti Frutti - Capítulo "Las mejores canciones para comenzar la primavera" (Spotify)
  • Canción: "About Damn Time" por Lizzo
  • Álbum: "We" de Arcade Fire

📖 Libros/Audiolibros

  •  Designing your Life de Bill Burnett & Dave Evans 
  •  The first 90 days de Michael D Watkins 

📷 Paulette Wooten - Unsplash

Tu Feedback 

Deja aquí tus comentarios sobre nuestro newsletter. Nos encantará recibirlos.